Brindo por aquel beso que nunca recibí.
Por los labios abiertos que no son satisfechos.
Por los poetas medianos, que mantienen las brasas
para que otros aviven la hoguera de la poesía.
Por las noches perdidas, sin risa ni entrega.
Por los que se apartaron para no pisar a los demás.
Por el recuerdo de los sueños destrozados.
Por los que dudan sin temor a equivocarse.
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