jueves, 31 de diciembre de 2009

Un Cuento de Fin de Año

¡Juan, Juan! ¿y Pacheco? ¿dónde está? ¿aquí? mi buen amigo Pacheco... disculpa, no te veía. ¿trujiste las botellas? Yo vasos y hielo. Sin prisa, eh, aún son las ocho, quedan cuatro horas pa que se acabe el año. Juan, muchacho, no lo mires al suelo, que es mala costumbre. Toma golpe ¡Perdón, señora, no la vi! Espere, le ayudo a levantarse, bueno, bueno, ¿qué culpa tengo de que lleve tacones? Al menos no se ha roto nada. Bah, los huesos dice, cosas de la edad, mi madre también... ¡Señora, deje ese zapato en tierra! ¿Qué culpa tengo de que tropiece conmigo? Corre, Juan, que te casca. ¡Oh, Vaya hostia con el bastón! Pacheco, que no aprendes... ¿niñato, me ha llamado niñato? Señora... que ya tengo dieciseis años, que soy adultooo. Bah, refunfuñe lo que quiera ¿Cómo estás, Pacheco? ¿Te ha hecho daño? Mirad, ahí está la puerta del sol. Sí, es raro que no haiga nadie. Que fue que vinimos pronto ¿de qué te quejas, Juan? Siendo los primeros elegiremos sitio ¿no? Venga, vamos a sentarnos sobre el kilómetro cero. ¿habéis visto el reloj? Joder si no es bello... Cuando llegue la hora caerá una pelota enorme y entonces sonarán las campanadas. Cuatro de un golpe, eso quería decir algo... ¿qué? ¿las cuatro estaciones? No, era otra cosa, era... me lo dijo mi padre... Tal vez los cuatro puntos cardinales, ya sabéis: norte, noreste, suroeste y sur ¿Qué dices, Pacheco? ¿cuatro cuartos? ¡Qué cuartos, ni que porras! ¿por qué iban a sonar cuartos? No tiene sentido. Es otra cosa. Da igual. Cuando suenan las campanadas cae una bola y comienza el año, ¿no es hermoso? ¿y éste qué quiere? No le entiendo, caballero, hable más alto. No, no pedimos nada. Estamos aquí para celebrar el año nuevo, ¿de qué se ríe? Ese está enfermo, se ríe sólo. Da igual, venga, voy a sacar los vasos. Hay que pedir un deseo y brindar. No debemos decirlo en voz alta. O sí. Mejor sí. Empieza tú, Pacheco, qué deseas? ¿Y tú Juan? Ahora yo. Venga, quiero... quiero... que no se acabe el año, jajaja. Tienes razón, un deseo que pueda cumplirse. A ver... yo que sé. Vamos a brindar, ya pediré algo. Tres hielos por copa ¿va bien? ¿cinco? Escucha, tenemos cincuenta, si ponemos cinco por vaso usaremos quince en la primera copa, así que sólo tendremos para cuatro, y nos sobrarán cinco hielos, ¿entiendes? En cambio, con cuatro hielos nos salen dos o tres copas más a cada uno. Bueno, he calculado por encima, no voy a hacer ahora las aproximaciones. Esa copa, Pacheco, más arriba, vamos a brindar. Primero yo, escuchadme, que voy a repetir lo que siempre dice mi padre: por la salud en la enfermedad, por la alegría en el dolor, por los sueños que nunca se cumplen, por las vidas que nunca podré vivir, por la sonrisa inagotable de una mujer hermosa, por el perfume de la noche embriagando el paladar... alzo mi copa. ¡delicioso! Ahora tú, Juan. ¿sólo una frase? Está bien, recita, amigo mío. Sí, brindemos por ello. Ahora tú, Pacheco ¿también una frase? Espera, ¿puedes repetirla? “porque el nuevo año no sea más breve que el que termina”. Eres un monstruo, amigo mío: esa frase contiene más metafísica que la mitad de los libros de historia. Brindemos tres veces por ella ¿cómo dices? ¿que son las nueve y veinte? Ya, es raro que aún no haya venido nadie. Todos estarán cenando, verás dentro de media hora. Se llenará la plaza de bote en bote. Yo también voy a quitar los hielos, no ha sido una buena idea, con el frío que hace ¡y yo qué sé! No pensé que hiciese tanto frío. El año que viene no traeré hielo... sí, dos polis ¿y qué? Hoy se puede beber en la calle, muchacho, que para eso es el último día del año. Tranquilo, yo hablaré con ellos ¡Buenas noches, señores policias! Aquí, tomando unas copas; sí, en mitad de la calle. Por supuesto que es alcohol, es lo indicado para un día como hoy ¿no? Jajaja, es broma ¿no? ¿por qué vamos a pagar una multa? Entonces, cuando llegue toda la gente, ¿piensan multarlos a todos? ¿cómo que qué gente? La gente, la muchedumbre, para celebrar el fin de año ¿Por qué mañana? Hoy es día 30, fin de año... ¿burlarme, de qué? ¿cómo? ¡Pacheco, no me digas que diciembre tiene 31 días! Bien, en ese caso... pienso... que... esto... ¡corred, muchachos, corred! Aaaaggh...

domingo, 27 de diciembre de 2009

Un Año de Libertad. Agradecimiento

Llegó a mí
sin que jamás la buscara,
revoloteó mi vida
dejando tanto desorden
como cariño embriagador.
Ahora quiere marcharse
tan callada como vino.
yo la quiero, lo sabe,
no le importa
simplemente huye
a pleno día, sonriendo
sin mirar atrás.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Vals Triste

Tosió tres veces. Cerró los ojos y, sorprendido, volvió a abrirlos. Todo era un inmenso círculo a su alrededor: la mesa, los cuadros, la ventana y aquella copa borracha, que balanceaba delante de su vista. El champán subía, bajaba, se estremecía en su interior y se expandía burbujeante, feliz. El aroma subía, invisible, hasta penetrar, salvaje, por las fosas nasales de aquella mujer rubia que lo miraba sonriendo.

¿Te acuerdas?- decía ella- en una noche como esta, primera del año, comenzamos a vivir juntos ¿Te acuerdas? En un lugar como este compartimos los sueños, las miradas, las sonrisas, la luz y su obscuridad ¿Te acuerdas, eh, te acuerdas? El mundo giraba debajo de nuestros pies y nosotros reíamos y cantábamos, como habían hecho los primeros habitantes de este planeta ¿es que no te acuerdas? Éramos felices. Teníamos juventud y belleza ¿verdad? Aún lo ignorábamos todo, pero creíamos que nada nos quedaba oculto ¿te acuerdas? Conocimos el latido salvaje de nuestros corazones tras el primer beso del día, el ruido de la lluvia cayendo sobre la ciudad, la melancólica sombra del atardecer, el ritmo impetuoso de nuestros cuerpos, el miedo a la marchita soledad... ¿es que no te acuerdas? Y después te marchaste, dejándome sola, abandonada ante los ojos del mundo, al que no supe qué decir, pues ¿no eras tú mi vida entera? ¿por qué te habías alejado, en lugar de fundirte una vez más en mi cuerpo, que tanto esperaba? Aún pregunto, escucha esto, pregunto por qué te equivocaste, por qué dejaste a la persona que más te podía amar en este mundo, eh, por qué lo hiciste, eh, ¡responde! Pero no, da igual, te perdono, por eso estoy aquí, para celebrar esta noche contigo, para explicarte que nunca te he olvidado, para recordarte que, desde entonces, allá donde fuiste te seguí. Sí, te observé de lejos, pude ver cómo hacías el ridículo con todas esas mujeres a las que contabas tus ilusiones y tus frustraciones, todo a la vez, y si bien es cierto que a veces triunfabas, ninguna te dio lo que habías rechazado en mí. Porque sé que me buscaste en todas, no podía ser de otro modo. Por eso mismo me esquivas, no quieres admitir que dejé un hueco enorme, inmenso, ¡infinito! Cuando me has visto me has tratado mal, por venganza, porque no soportas mi ausencia y te angustia verme disfrutando de la vida. Y también porque quisieras lanzarte a mis brazos, pedirme perdón y rogarme que olvide lo que ocurrió y vuelva a tu lado ¡Deseabas volver a mí, y no tuviste valor de decirlo! Siempre supe que eras un cobarde, pero no importa, hoy es el día elegido, hoy volveremos a ser lo que fuimos, sin rencores ni dolor; brindemos y pasemos juntos el resto de la eternidad. Sí, juntos... esta noche es especial, ¿no te parece? Todos quieren celebrar que son un año más viejos, que la muerte acecha ¿no es así? Escucha, no... aún es pronto, pero dentro de unos minutos sonarán campanas ¡campanas! Las mismas que suenan después de la muerte, solemnes, atronadoras, afinadas por el dolor... Porque otros mueren debemos de vivir nosotros, y amarnos como nos hemos amado. Debemos, sí, debemos salir a la superficie como las burbujas de esta bebida, y fundirnos en un único ser, como antaño hicimos.

Calló y sonrió de nuevo, tenía los ojos extraviados, sumergidos en un dolor que no llegaba a comprender. Esperó sonriendo casi un minuto, y luego, furiosa, cambió la cara.

¿Qué ocurre?- dijo- ¿por qué no me abrazas? Ya te he dicho que no albergo rencor, no hay hiel en mis palabras, aunque te parezcan crueles; el amor que te ofrezco es natural, porque eres el hombre de mi vida, siempre lo he sabido. Eres... oh, el contacto de tu aliento, escucha, sólo el contacto de tu aliento me estremece, me golpea, y me hace olvidar quién soy y qué hago aquí. Acércate, coloca en mí tus manos y bésame, sí, bésame como si nada hubiera pasado, como si los meses transcurridos fuesen minutos ¡bésame, te ordeno! Aplasta tus labios en mí, y que luego llegue lo que tenga que ser, porque esta noche me siento abandonada en ti, hace tanto tiempo que aguardaba este momento que llegué a temer que nunca llegaría. Ésta es la hora, bésame fuerte. Después nos fundiremos en un gozo infinito... ¿qué ocurre? ¿Por qué no te acercas? ¿Por qué ocultas el rostro entre los brazos? ¿Por qué sollozas si hoy es el día de nuestra felicidad? No entiendo... espera ¿no oyes? ¡Escucha! Esos ruidos, esa algazara, sí, ya han sonado las campanadas, enhorabuena, mi amor, ¡ha comenzado el nuevo año!

Microrrelato

Y entonces el sumo creador, cansado de tanta muerte a él ofrecida, renegando de la sangre derramada, se alzó de hombros, se giró y, ligeramente, se alejó llevándose la luz y la obscuridad.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Der Abschied (El Adiós). Fragmento

Como el cristal,
con un pequeño golpe
todo se acaba
¡cuán frágil, el amor!

viernes, 18 de diciembre de 2009

Der Abschied (El Adiós). Fragmento

¿La mujer de mi vida?
la mujer que yo quiero
la que me obsesiona
la que me hace soñar
la que me engrandece
y me atonta
y me acalla
y me sume
en la felicidad.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Microrrelato

Con túnicas blancas, palabras arcaicas y manos abiertas entretenían el domingo los aprendices de inquisidor.

lunes, 23 de noviembre de 2009

En la Madrugada

Cierro los ojos.
Veo tus ojos negros
Como dos barcas
Mecidas ya mar adentro
Como dos nubes
Sobrevoladas por cuervos
Como dos rayos
Que se clavan en mi cuerpo.
Toco como un fantasma
Las caricias de tu pelo
Que es aroma de bosque
Impregnado de romero
Pero también campo arado
Donde se cumplen mis sueños.

Veo tu rostro
Y en sus aires me recreo
Y me acerco hacia tus labios
Que siempre siento risueños
Y les quiero interrogar
Porque sé que a través de ellos
Al fin podré conocer
La fuerza de tus sentimientos
Y justo cuando contacto
Siento un sabor etéreo
Que tengo que imaginar
Y que me quema por dentro.
Aun con los ojos cerrados
Intuyo muy bien tu cuello
Que siempre consiguió
El contacto de mis dedos
porque adoro su tacto
Tan frágil y tan perfecto.

Te veo con tanta magia
Con tanto poder en silencio
Con llaves para abrir
Puertas que ignoro que tengo
Con luces para iluminar
Mis más profundos secretos
Con dagas para cortar
En pedacitos mis sueños
Con risas para vencer
Los días de humor espeso
Con flechas para lograr
Que siga escribiendo versos
Durante mil años mil
Que eso en tiempo es eterno.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Siete Noches

Siete noches he perdido
Por entre plazas y calles
Siete noches de vigilia
Sin lograr encontrarte
Pues estás lejos
aunque siempre presente
en mis recuerdos.

Siete noches que canté
Luchando contra mis ruinas
Siete noches con sabor
A montaña y a marisma
Siete lunas
Siete momentos de paz
¡fuera la angustia!

Siete noches embriagado
Por la mar bella y salada
Siete noches de placer,
De rumor eterno de agua
Siete instantes
Enloquecido de alegría
Y de baile.

martes, 10 de noviembre de 2009

La Nueva Catedral

Construida durante el milseiscientos
Con sólidas piedras, y con cristal
La vieja y solemne catedral
Era el mayor de nuestros monumentos.

Cuando cedieron los cimientos
Se firmó, tras la tragedia local,
Un centro financiero y comercial
Que diese trabajo a unos doscientos.

Tienen que ver esta maravilla
Repleta de tiendas y adornos, tantos
Que es la más hermosa del mundo entero.

Hemos puesto en el centro una capilla
En la que adorar con rezos y cantos
A su sagrada majestad, el dinero.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

¡Felicidades, Pilar!

Tú, que antes que yo
Todo lo has vivido
Y sabes que siempre
Hay esperanza
Y tienes en la piel
Trozos de sueños
Que, perversa, la vida
Rasgó en tu alma.

Tú, que bien sabes
Que las sombras
Cada momento se
Vuelven más claras
Que no hay dolor
Que dos años dure
Ni sueño que
Llegue a la mañana.

Tú, que siempre
Buscaste el futuro
Y éste te llevó
A pensar en Gambia
Supiste darme
En sólo unos días
Cariño, ternura,
Consuelo y calma.

jueves, 29 de octubre de 2009

Para Comenzar, un Soneto

“¿Quién eres tú, hombre solitario?
¿Por qué me estás mirando con desprecio?”
“¡Ay, Moisés, mira que eres necio!
Quién voy a ser sino tu contrario.

Soy tu ser opuesto, tu adversario,
Lo que tú aborreces yo lo aprecio,
Cuando eres débil yo soy recio,
Y permisivo si tú autoritario.

Ahora que ya me conoces, escucha
He venido con ansia de lucha,
Para apalearte, sin más verborrea ”.

Mi cobardía le producía euforia
Así que mi única escapatoria
Era desear con fuerza la pelea.