miércoles, 17 de noviembre de 2010

Un Tango para una Argentina

Sin chuleza ni tacones
Abrancada por la farra
Tan experta en la guitarra
En la risa, en el amor,
Con los ojos más vivales
Que llegaron de Argentina,
El corazón de esta mina
Tiene infinito valor.

Se atorra casi a la aurora
Entre risas, entre cuentos;
Al tocar sus instrumentos
Se acerca a la creación:
Tiene alas en los dedos
Y embriaga cuando toca,
Su vida está en la boca
Y su alma en la canción.

Más sincera que el espejo.
Huye de la hipocresía.
Sin maldad ni picardía,
Aunque no quieras oír,
Siempre dice lo que siente,
No adula porque no sabe,
La mentira no le cabe
Así ha aprendido a vivir.

Ahora le manda la taba
¡No te vayas, compañera!
A una tierra extranjera
A curar su cicatriz.
No te marches, te recuerdo
Que me gusta estar contigo,
Aquí dejas un amigo
Que, aunque no sepa idiomas,
Le gusta reír con tus bromas
Y contigo es muy feliz.

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