martes, 21 de septiembre de 2010

Monólogo de Salvador (Fragmento teatral)

Qué hermosa la roca! Desde aquí parece que tiene una capa de cristal verde que la inunda de luz y la protege de las ondas del agua. Daría todo lo que poseo por estar allí. Y bien mirado puedo darlo todo, porque no me quedan más que unas gotas de vida. ¿Qué pasa, entonces, con aquello que has amado? ¿Todo se pierde, sin remedio? Estoy pisando este camino ¿quedará mi huella cuando ya no esté? Y si toco con la palma de la mano esta piedra, ¿alguien podrá ver la forma de mis dedos y reconocerme?- La muerte negó con la cabeza.- Entonces, todo lo que he sido está condenado a perecer. Creo... creo que no quiero morir.

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