lunes, 15 de febrero de 2010

¡Clavada!

Clavada, clavada,
como agua salada,
profunda en mi alma,
de tanto golpear.
aunque no lo quiera
tus ojos encierran
agua de ribera
camino del mar.

Clavada, clavada,
madera de estaca,
hundiste la balsa
de mi libertad.
Mis ojos te anhelan,
tenerte quisiera,
robó tu belleza
mi voluntad.

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