Esta es la hora de la despedida.
Todo se ha quebrado.
Recojo con angustia
Los restos de mi pasión.
Me alejo mientras mis labios
Repiten como un acorde:
¡Y yo la quería, caray,
vaya si la quería!
Una campana golpea
La noche con su estruendo.
Ya son las doce,
Hora dulce del sueño,
De la vida oscura,
Y de la despedida.
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