Una risa, un eco. Una voz
Tanto tiempo esperada.
Una mecha que se enciende,
Que no quema, pero inflama.
Un sueño que, de tanto
Manejarlo, se escalabra.
La espera, si no de amor,
Que al menos sea de esperanza.
Un sabor a belleza eterna
Que desgrana en la garganta:
A flores silvestres, a lluvia,
A camino entre manzanas.
Un calor que, en la piel,
Las cicatrices amansa.
martes, 12 de enero de 2010
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